Después de que Israel bombardeara la Franja de Gaza durante una veintena de días y dejara más de 1.ooo muertos en el lado palestino, podríamos echar un vistazo a los «misiles» que cayeron en Israel. De frente a los helicópteros Apache, Cobra y Blackhawk , suministrados a Israel por EEUU, están estos cohetes rusos del tiempo de las castañas. Creo que los petardos que lanzan en Valencia durante las fallas son más grandes. Es la pelea del león a mono, como se dice en Cuba. El mono, que además tiene las manos atadas, se defiende a mordiscos. Es en ese momento cuando llegan y lo insultan porque el mono no pelea limpio.
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El mono no pelea limpio
enero 29, 2009Colección de miradas
enero 27, 2009Me gustan los andenes de las estaciones de trenes y de autobuses, los aeropuertos, donde con una moneda te compras por un rato un carrito metálico en el que meter todo tu entusiasmo; me flipan las maletas sobre todo si tienen rueditas, porque así no me canso si tengo que arrastrarlas durante horas de un lado al otro, como suele pasar en Barajas. Me gusta viajar y la ilusión del viaje. A veces voy a la estación de trenes o al aeropuerto, aunque no tenga boleto para viajar, aunque no vaya exactamente a ninguna parte, pero quiera ir a todas. En ocasiones, sobre todo los domingos, cuando hace frío y tú no estás, me voy a la estación de Atocha a mirar a la gente, a todos los que viajan y llevan su ansia, su deseo, su desesperación o su euforia pintada en la cara. Porque cuando uno viaja los sentimientos se reflejan con una vivacidad incomparable, salen a flote y se cuelgan de uno delatándonos; se columpian en un gesto de la boca y yo los pesco hasta hacerlos míos, hasta sentirlos, como si fueran mis propios sentimientos. Hoy en un día de estos en que colecciono miradas de viajeros: Me escapo por unos segundos en los ojos de este hombre que viaja acompañado por su ordenador. Se sienta y no alza la vista en treinta minutos, así que me aburro de su monólogo tecnológico y corro detrás de una pareja que discute estresada, porque han perdido su tren. Tienen un par de mochilas sucias por todo equipaje y no dejan de mirarse con odio echándose uno al otro la culpa de lo ocurrido. Pasa una señora con la nariz enrojecida como si en su apéndice se concentraran todos los resfriados mundiales, apenas le distingo los ojos detrás de tanta congestión. Me refugio en la mirada de un gato que viaja dentro de una caja plástica, sus pupilas dilatadas de un color amarillo resaltan desde la oscuridad de su transporte. Ahí me montó maullando hasta mi próximo destino.
Nadie es una isla completo en sí mismo
enero 15, 2009«No se resuelve nada, por eso no hacemos nada». Respondió Silvia en la clase de hoy en la uni, a la pregunta del profesor de qué podemos hacer para que los políticos nos escuchen. El profesor le preguntó a la clase si no habíamos pensado en movilizarnos. Entonces llegó la respuesta del inicio de este post, la respuesta de una chica de 23 años que estudia para ser periodista. Así se define el estado actual de la sociedad: la apatía. La conclusión es que no nos gustan nuestros dirigentes, los políticos no sirven, pero no hacemos nada. La respuestas es desinteresarnos de todo, por lo que -al final- las personas contamos cada vez menos y ellos -políticos, banqueros, dueños de empresas- tendrán las manos cada vez más sueltas para hacer con nuestras vidas lo que quieran. Movilizarnos no es solamente ir a las manifestaciones, que siempre vamos menos; es leer sobre el tema, saber qué está ocurriendo realmente en Gaza, cómo empezó toda la historia de Israel, tras la repartición del mundo por las potencias ganadoras de la II Guerra Mundial. Es escribir sobre esta pelea de león a mono que la ONU presencia como si fuera una entidad decorativa, una especie de alfombra a la que todos pasan por encima. Al menos, creo que es difícil para alguien que se sienta periodista estar al margen de la política, la doméstica y la internacional. El profesor trató de animarnos a decir lo que pensábamos sobre los bombardeos en la Franja y de cómo estaba tratando el tema la prensa española, así como de la actuación de nuestros políticos. Silencio absoluto, la gente en el aula estaba impaciente por largarse, solo dos chicos y yo comentamos lo que pensábamos. El resto permaneció en silencio, sin opinar, inmutable. ¡Cómo si pudiéramos permanecer así! ¿Será cierto que esta es la generación del corte y pega? La que no se compromete con nada, ni se inmiscuye en cosas difíciles, la que se desentiende de los problemas, porque «no se resuelve nada». ¿Será que me estoy poniendo demasiado mayor? Me vino a la mente el poema de John Donne con el que titulo el post.
El primero
enero 9, 2009Este es mi primer post del 2009. Desde hacía un año que no me animaba a romper el maleficio del blog atrasado y cuesta un poco desembarazarse del letargo. Cuando miraba hacia atrás y reflexionaba el vacío de contenidos me atemorizaba y era peor, porque no sabía qué escribir. Unos temas me parecían demasiado pesados para inaugurar el año, que para mi ha empezado de manera estupenda. Mi amiga L me regaló un block rojo y V unas bragas incomodisimas que me obligó a ponerme. Lo mejor de esa última noche fue que me acosté junto a la persona con la que ansiaba terminar el año y cuando me desperté estaba ahí. Quizá sea tonto decirlo, pero me dió una alegría como de tres fin de años juntos. Fue el único sabor real que viví durante estas horas de festejos, un gusto intenso en el cuerpo y en la boca. Mejor, mucho mejor que el agridulce de todo el 2008. Me alegro por todos los que tengan asumidas estas fiestas, que probablemente sepan mejor que yo, de qué van y además entiendan cómo comportarse, qué comer, etc. Para mí, además de tu cuerpo junto al mío, fueron un par de mudanzas: una insulsa y otra caótica. Me quedo con la segunda, porque era la nuestra, la rápida como es siempre que las dos sabemos la misma cosa; esa especie de wi-fi, cerebro a cerebro, del que con sólo mover los ojos y revisar los tuyos ya sé qué estás pensando lo que creo. Me quedo con la mudanza, la caótica, en la que además, por supuesto, estabas tú.